En relación con el informe Pisa, el catedrático Manuel Ramírez publicaba en el periódico Hoy un artículo titulado "Razones del caos educativo", del que he extraído lo más relevante:
"...lo que aparece con claridad es que estamos por debajo de la media de los países europeos ... Por lo demás, si la pregunta se hubiera realizado a quienes, por profesión dedican su vida a la enseñanza (maestros, profesores de Instituto, catedráticos de Universidad, etc.), el veredicto hubiera sido, además de más fiable, mucho menos loable. ...
En primer lugar, ...se ha despreciado el supuesto de la autoridad, sustituido por el de la igualdad. El superior en edad, status o méritos, se diluye en un mundo como el actual, con los únicos disvalores del pronto éxito sin esfuerzo, el erotismo y el consumismo. La disciplina se viene abajo porque todas las posturas y opiniones se dice que valen lo mismo...
En segundo lugar ..., se han cometido, desde antaño, penosos errores. ...la desaparición o minusvaloración de las lenguas clásicas (latín y griego) ...O el no menor error de la condena en su día atribuida a la memoria ... El permanente recurso a los nuevos medios tecnológicos están dando la puntilla a la necesidad de acumulación de conocimientos. En este punto de errores cabría sumar los cambios en las formas y fechas de exámenes, la desaparición de las pruebas orales o la excesiva generosidad en el número de convocatorias para repetir una asignatura y hasta un curso completo con el lastre que ello supone.
Y en tercer lugar, creo que constituye una trágica equivocación el hecho de limitar los espacios educativos a los centros de enseñanza. No me refiero únicamente al insoslayable papel que, en este aspecto, juega la familia y lo difícil de su desempeño en la actual situación de falta de diálogo entre padres e hijos ... Es decir, la enorme influencia de la televisión. Y por medio de nuestra televisión el docente únicamente recibe disvalores: exaltación del erotismo, imperio de la suerte en vez del trabajo diario, invitación al desmedido consumo y violencia, mucha violencia ... Pero es un factor que daña con intensidad cualquier proceso educativo. Una auténtica droga que evita pensar y hace desaparecer el espíritu crítico. Lo que acaba reinando es la mediocridad... A la postre, quizá ocurra que no es posible pedir una mejor educación en una sociedad que rezume mediocridad en todos los aspectos."
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