Hoy estoy feliz: mi familia está sana y la selección española de fútbol es campeona del mundo.
Aquí en Truchas aún está un álbum de cromos con Kubala y Di Stefano que coleccionamos hace mucho, mucho tiempo. Attendre et esperer, decía Dumas en el Conde de Montecristo. Hemos esperado y confiado y, al fin, ha llegado. Gracias.
Pero también estoy feliz porque he escuchado que, en una votación que han hecho en la radio, los hechos más significativos que han gustado más a la población han sido, por este orden, la unión del equipo, el beso de Casillas a su novia y la humildad del entrenador Vicente del Bosque.
Esto me dice que, al final, todos valoramos lo verdaderamente importante: la armonía, el amor, y la bonhomía.
Aún creo en el hombre.
Vaya partidazo. Lo vimos en un bar pequenito en un pueblo llamado Woodbridge. Todos animaban a Espana, pero nadie se sintio como yo, que se me saltaban las lagrimas, no se si por orgullo o nostalgia. De cualquier manera, enhorabuena, paisanos.
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