miércoles, 10 de abril de 2013

Madre


En estos momentos mi hija está dando a luz por primera vez y lo único que pienso es en el dolor que está teniendo. Y quisiera que me lo pasara a mí para que ella no sufriera. Porque siempre será mi niña, y como cuando era una pequeña y se daba un coscorrón y me dolía a mí más que a ella, sabiendo por lo que ahora está pasando me produce un profundo desasosiego. 

Pero si pudiera decirle que el premio a su dolor está al llegar, que cuando tenga a su bebé en sus brazos, todo, si no olvidado, al menos quedará en el debe del recuerdo. 

Por eso sospecho que los hijos pueden separarse de su padre pero jamás de su madre. Es como si la madre guardase en la guantera de la historia el cheque del dolor, no sólo del parto, pero ese también; un cheque que jamás podrá cobrar, porque los intereses de su amor son impagables. 

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