miércoles, 19 de octubre de 2011

Las barbas de tu vecino...(recortes)

La escuela pública vive un otoño de zozobra y ansiedad por las amenazas de recortes que se ciernen sobre ella.

La educación es un derecho de los ciudadanos y un deber del Estado el satisfacerlo. Históricamente, ya desde la Constitución del 12, recogiendo las propuestas de los ilustrados españoles, se establecía la educación como una necesidad desde la infancia (Art. 366). Los partidos progresistas del XIX y del XX han considerado a la educación como un derecho inalienable y han demandado del Estado su asunción y práctica.

Pues bien, como decía, en este ambiente de sospecha sobre si se materializará la política de recortes en Extremadura, leía yo una resolución de la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Extremadura,  por la que se modificaba la autorización de apertura y funcionamiento, en un centro docente privado, de dos unidades de segundo ciclo de Educación Infantil.

Esto quiere decir que la Administración pública deja de impartir dos unidades de segundo ciclo de Educación Infantil cediéndolas al sector privado. Esto puede entenderse como una sutil forma de recorte: en lugar de asumir como obligación pública la educación, se deja en manos privadas.

Lo que verdaderamente me indigna es que no he oído a ningún sindicato de enseñanza ni a ningún partido (léase IU o PSOE) publicar esta noticia y denunciar su contenido.

Será todo lo legal que sea, pero aquí bien podría aplicarse el refrán de "cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar." La realidad es que son dos grupos más en Infantil, que en un futuro serán dos más en Primaria, y quizás dos más en Secundaria, que se detraerán de la enseñanza pública.

jueves, 13 de octubre de 2011

Igualdad, mérito y capacidad

La Constitución española en su Artículo 103.3 establece, en relación con la Administración Pública, entre otros supuestos, que "La ley regulará ... el acceso a la función pública de acuerdo con los principios de mérito y capacidad..."

Como profesor y educador me encargo de insistir ante mis alumnos en la necesidad de que estudien mucho para prepararse bien y poder servir a la sociedad en un futuro no lejano en un trabajo o función benéfico y justo.

Pero mi empeño en seguir creyendo en esos principios de igualdad, mérito y capacidad, choca con la realidad obscena: máximos representantes de la Administración, teóricos defensores de la Constitución, contratan con impúdica desvergüenza a familiares para desempeñar puestos en esa Administración.

Lo único que me resta es denunciar esta desvergüenza ante mis alumnos y animarles a que sigan creyendo que, a pesar de los corruptos, aún queda margen para la esperanza de que algún día se valorará su esfuerzo y su capacidad.

Espero no equivocarme.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Ante todo

Esta mañana, mientras mi esposa y yo esperábamos que sonase la alarma del despertador, escuchábamos en la radio que un equipo de investigadores trabajan con la hipótesis de que la enfermedad del alzheimer puede tener un origen infeccioso. Mi esposa y yo abrazados comentamos la noticia. Algunas veces hemos especulado sobre cómo será nuestro futuro, pues hemos sido y somos testigos del deterioro que han sufrido y sufren nuestros seres queridos.

No sé por qué asociación de ideas, cuando salía de casa para dirigirme al trabajo me preguntaba qué pondría yo en mi tarjeta de visita si tuviese que hacer una. Por supuesto debía poner en primer lugar lo que más me enorgullece, y lo primero que me vino a la cabeza es que, después de mi nombre y apellidos iría la palabra "esposo", y luego "padre".

Esta tarde, cuando hacía tiempo para irme a la siesta, me preguntaba de dónde vendría la palabra esposo y di con una explicación que me satisfizo. En la antigua Grecia los contratos se sellaban vertiendo unas gotas de vino en un altar. "Derramar una bebida" en griego es "spendo". Con el tiempo esta palabra vino a significar "firmar un contrato". De ahí procede la palabra latina "sponsus", persona que asume algún compromiso. Si es un hombre, es sponsus, si es mujer, es sponsa, de donde viene esposo y esposa.

Puedo decir con orgullo que yo soy, ante todo, esposo.